martes, 22 de diciembre de 2009

LA OPOSICIÓN Y SU ACCESO A LOS MEDIOS DE OPINIÓN.

La opinión de los demás, si bien no siempre se comparte, si se debe respetar, más cuando proviene de ilustres analistas que gracias a sus dones preciados relacionados con el arte de escribir y con la imaginación y capacidad de análisis sobre todos los temas de la realidad nacional, han logrado hacerse a un espacio en los medios de comunicación que llegan a los hogares de todos los colombianos.

El principio del respeto debe estar presente en las relaciones con los contradictores ideológicos, pues a partir de una buena discusión, se deberían construir mejores ideas y conceptos que ayuden al diseño de una mejor sociedad y por ende de un mejor país. Sin embargo, tristemente, al leer cualquier columna de opinión en los principales medios escritos del país, no se encuentran fundamentos para iniciar una discusión que conduzca a la construcción de una mejor patria.

Los medios escritos, que han gozado de una tradición reconocida gracias a las magistrales plumas que por ellos han transitado, hoy están carentes de ideas y conceptos de opinión que generen conciencia o espacios de reflexión en los lectores. Lastimosamente no se encuentra otro tema que una oposición visceral a la gestión del gobierno nacional en los últimos siete años. Una oposición desmedida que no presenta argumentos constructivos. Lo mismo que se lee en la columna de opinión, se puede escuchar en la conversación de dos bandidos enmarañados en cualquier selva colombiana. Al final el propósito es el mismo, desacreditar a un gobierno que marcó la diferencia con más de los 57 antecesores desde la vida independiente de la República.

Como le duele a quienes detentan el privilegio de contar con un espacio semanal de opinión en los principales medios, que sus opiniones vayan en contra de una corriente de resultados positivos que no se pueden esconder ni opacar por más críticas que se les avienten. Resultados en materia de seguridad, como por ejemplo la reducción del número de homicidios en todas las ciudades del país. Claro que se siguen presentando, pero no en los niveles en los que se encontraban al iniciar el actual gobierno. Reducción sustancial en las acciones subversivas en todo el territorio nacional, que son el resultado de otros indicadores que han mejorado en el actual gobierno como el aumento de capturados y desmovilizados de las organizaciones narcoterroristas, este último, producto del vuelco conceptual que se le dio a los objetivos de la Fuerza Pública.

Y qué decir de los avances significativos en materia de percepción de seguridad a nivel internacional, lo que ha generado el aumento de la inversión extranjera en el país. Esta última, sustentada en el informe anual del proyecto Doing Bussines, aplicado en más de 180 países, en el que Colombia se ubica entre los primeros 40 y como el primero de América Latina.

También se pueden observar avances en los indicadores relacionados con lo social, quizá la excusa más grande de la oposición para criticar al gobierno, pero allí también se quedan sin argumentos pues al observar que se pasó de 11 millones a 24 millones de afiliados en el régimen subsidiado desde el 2002 a la fecha, no hay crítica que valga ante las realidades registradas.

El aumento de los cupos para capacitación técnica y tecnológica en el SENA, han superado sustancialmente a los otorgados en los gobiernos anteriores y esto se traduce en una fuerza laboral más capacitada para aportarle más a la industria nacional.

El respeto a la vida, en todas sus dimensiones ha mejorado desde el año 2002, reduciendo los homicidios y los secuestros; así mismo, se ha reducido el índice de pobreza y de miseria en el país. Aunque para esta oposición destructiva es más significativo el retroceso del último año, que el avance de los anteriores seis, y sin embargo, con retroceso y todo, el país está mejor que antes, duélale a quien le duela.

Aquí sería bueno recordar las frases que el Libertador le comentaba a alguno de sus interlocutores en su recorrido por el Magdalena cuando iba rumbo a la costa norte y se refería a la crítica de España en el sentido que pretendían que la nueva república hiciera en 10 años de independencia lo que ellos se habían demorado más de mil. Ahora es lo mismo, la oposición pretende que el gobierno que más y mejores cosas ha hecho en la historia del patria, haga lo que hace falta por hacer en tan poco tiempo, desconociendo que ellos (la oposición) fueron incapaces de hacerlo durante todo el tiempo que han tenido el poder.

Colombia es un país maravilloso con una cantidad de riquezas incalculables, y por fin estamos iniciando el siglo del desquite, aquel en el que se podrá recuperar el tiempo perdido y se revertirán los resultados en todas las áreas. Es el momento, es la oportunidad de cambiar la historia. De hecho ya se ha logrado avanzar un largo camino con muy buenos resultados, pero falta un trecho para llegar al destino esperado.

La oposición y sus espadachines atrincherados desde las columnas de opinión no pueden desconocer la voluntad de un pueblo, que le otorga una calificación sobre 70 al Presidente después de 7 años, cuando a sus antecesores después de tres años no llegaban ni al 40. La voluntad del pueblo está consignada en la Constitución Nacional en su artículo tercero, y esa voluntad es que haya continuidad en las políticas del gobierno.

No es lo mismo la opinión de una oposición alevosa, aprovechada de su acceso a las columnas de opinión, que la de un pueblo, que es en últimas, en quien reside la soberanía y es el que verdaderamente se ha beneficiado con los avances de éste gobierno.

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