martes, 14 de mayo de 2013

¿Cómo debe ser empleado el Poder Naval en su rol de respaldo a las políticas de desarrollo marítimo, seguridad y defensa del Estado?


¿Cómo debe ser empleado el Poder Naval en su rol de respaldo a las políticas de desarrollo marítimo, seguridad y defensa del Estado?

Para dar respuesta al interrogante planteado, es necesario identificar las políticas de desarrollo marítimo con que cuenta el país, así como las orientadas a mantener y fortalecer la seguridad y defensa del Estado Colombiano.

La Política Nacional del Océano y los Espacios Costeros –PNOEC-, establece como objetivo general promover el desarrollo del océano y los espacios costeros, así como los intereses marítimos de la nación mediante estrategias que permitan su máximo aprovechamiento económico en beneficio público y la conservación del medio ambiente.[1]

El objetivo planteado contempla definiciones afines con el aspecto de seguridad y defensa nacional, toda vez que estos dos conceptos se relacionan de manera directa con el desarrollo y el bienestar de la comunidad, como lo plantea el Manual de Seguridad y Defensa Nacional.[2]

Así bien, se establece una relación directa entre el concepto de desarrollo y el de seguridad, tal como lo expresara el ex Secretario de Estado de los Estados Unidos Robert Mcnamara, al culminar su definición sobre seguridad nacional con la expresión “…la seguridad es desarrollo y sin desarrollo no puede haber seguridad”.[3] En tal virtud, el Poder Naval debe ser empleado de tal manera que contribuya a respaldar tanto la promoción del desarrollo costero como lo plantea la PNOEC y al mismo tiempo debe emplearse para contribuir a generar unas condiciones adecuadas que respalden la seguridad y la defensa nacional.

Si las marinas de guerra existen para permitir al Estado al que pertenecen utilizar el mar en su beneficio y negárselo al adversario[4], es claro que el papel de la Armada Nacional, representante del poder naval en el país, debe ser el de un aporte al cuidado y a la protección de los intereses marítimos, que garanticen las oportunidades necesarias para que la población tenga acceso a los medios de producción en el ambiente marítimo, lo que a su vez redundará en el desarrollo del país y por consiguiente aportará de manera decidida a la seguridad y defensa del mismo.
De esta manera, la respuesta al interrogante planteado, es que el Poder Naval en Colombia, (para contextualizar y enmarcar el problema), debe ser empleado de manera que contribuya a la protección de los recursos naturales disponibles en el mar territorial, zona contigua y zona económica exclusiva, con el fin de permitir la explotación por parte de ciudadanos colombianos. De igual manera, debe emplearse para la protección de las líneas de comunicación marítima, materializadas en los buques de carga que arriban y zarpan hacia y desde los puertos colombianos, de esa manera contribuyen a la creación de empleos y al fortalecimiento de la competitividad en el sector portuario del país.

De otro lado, aunque no es descartable, - y para ello existe una marina de guerra -, una eventual confrontación armada con un enemigo convencional, es decir con otro Estado, no es un escenario que se vislumbre en el horizonte de las relaciones internacionales del país, dada su actitud estratégica defensiva, razón por la cual el empleo del poder naval debe estar orientado, además de las acciones mencionadas anteriormente, a negarle el uso del mar a los actores que atenten contra la seguridad y defensa de la nación, como por ejemplo las organizaciones narcoterroristas que lo emplean para el tráfico ilícito de narcóticos hacia las costas de otros países o para el ingreso de insumos para la elaboración de drogas ilícitas o el ingreso de armas y municiones que alimentan el conflicto interno.

Un poder naval que se desempeña en un escenario de relativa calma, como es la situación regional en el caribe, debe enfocarse en la protección de las fronteras marítimas[5] pero más que para hacerle frente a un enemigo convencional, es para contrarrestar las amenazas transnacionales y asimétricas que atentan contra el desarrollo de una nación y por consiguiente contra los propósitos de seguridad y defensa nacionales.

El poder naval respalda las políticas de desarrollo marítimo y seguridad y defensa nacional en la medida que genera las condiciones para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.

Referencias bibliográficas:




[1] Política Nacional del Océano y los Espacios Costeros. Comisión Colombiana del Océano. Objetivo p10

[2] Manual de Seguridad y Defensa Nacional. FFMM 343 -  Reservado. Imprenta de las Fuerzas Militares.

[3] Robert Mcnamara. Secretario de Defensa de los Estados Unidos de América entre 1961 y 1968 y ejecutivo de la FORD. Amplia experiencia en los campos político, económico y militar.

[4] HARDY VIDELA, David. La Proyección del Poder Militar a través del Mar; Máxima contribución naval al accionar conjunto. Revista de Marina. Armada de Chile. Volumen 122/889. Noviembre – Diciembre 2005.

[5] Medina, Neil y Roa, Juan Carlos. “Estrategia Marítima, Conceptos y Correlaciones”. Escuela Superior de Guerra. Trabajo de Fuerza, Bogotá 2006. Revisión Febrero 2013. P 235

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