viernes, 29 de junio de 2012

“La isla de Tierra Bomba”: Compañera inseparable y guardiana silenciosa de Cartagena.

Si el Imperio Romano se hubiera extendido hasta las costas de América, muy seguramente, Cartagena habría sido un lugar catalogado como bendecido por todos los Dioses y los emperadores se hubieran fijado en ella como una joya preciosa. Tal como lo hicieron españoles e ingleses que se trenzaron en feroces batallas por su domino. Aunque España la dominó durante mucho tiempo e Inglaterra intentó lo mismo mediante prolongados ataques y asedios, finalmente Cartagena le pertenece a Colombia. Lo que se convierte en un orgullo y una satisfacción permanente.

Cartagena de Indias, se convirtió a partir del siglo XVI en la plaza mejor fortificada de América gracias a la voluntad política y militar del momento y a que como ninguna otra ciudad en América, cuenta con unas condiciones geográficas privilegiadas que se mantienen hoy, entrado el siglo XXI.

Las fortificaciones de Cartagena y sus alrededores, obra de diversos ingenieros y arquitectos militares entre los que destacan Bautista Antonelli y Antonio de Arévalo, se han mantenido a través de la historia como testigos de la importancia estratégica que la Corona española le otorgó a esa ciudad a lo largo de muchos siglos. Hoy, en los albores del siglo XXI, cuando la tecnología deslumbra a cada instante por sus avances, su rapidez, su cobertura y su fortaleza, Cartagena continúa en una posición envidiable en el Caribe, con una geografía amable que contribuye al desarrollo regional y nacional, prueba de ello es el enorme complejo industrial que rodea la bahía de Cartagena y el enorme potencial turístico que posee.

Y al lado de Cartagena, siempre ha existido silenciosa pero firme y fuerte, una compañera inseparable en las arduas batallas que tiñieron de rojo la Bahía y el mar Caribe que a diario las baña. Se trata de la isla de Tierra Bomba. Elemento de vital importancia para la protección de la ciudad, toda vez que allí se ubicaron muchas de las fortificaciones militares que permitieron que el enemigo sufriera inmisericordes ataques que lo debilitaban y que facilitaban el trabajo de las baterías de la ciudad de acabarlo o hacerlo retroceder.

Tierra Bomba se alza imponente cerrando la bahía de Cartagena en las entradas de Bocagrande y de Bocachica, resguardando una gran área de la bahía, permitiendo que embarcaciones de turismo, comerciales y militares gocen de aguas tranquilas y protegidas.

En su territorio, de algo más de 2.000 hectáreas, se establece una tradición militar que le ha brindado a Cartagena un lugar reconocido en la historia del Caribe. No en vano, fue escogida por los ingenieros militares de la colonia para establecer baterías y fortificaciones de gran importancia.

Fieles a esa tradición militar y estratégica que caracteriza a Cartagena y a su fiel compañera, el Gobierno Nacional destinó a mediados del siglo XX la isla de Tierra Bomba para la construcción de la Base Naval del Caribe, sin embargo, por diversos motivos la Base Naval permaneció en el sector de Bocagrande, aportando progreso, desarrollo y seguridad a la ciudad de Cartagena. Pero ahora, cuando la ciudad ha crecido de forma progresiva, en especial en el sector turístico y residencial de Bocagrande, la salida de la Base Naval se hace necesaria para continuar aportando al desarrollo integral de la ciudad.

Y que mejor destino, que aquel que cuenta con todo el arraigo histórico para recibir de nuevo unas instalaciones navales y militares que le pertenecen a Cartagena y que le continuarán aportando elementos para el progreso, el desarrollo y de esa forma, una mejor calidad de vida para muchos cartageneros y en especial para los habitantes de la isla. De esa forma, se integraría la arquitectura militar de la colonia, con una base naval moderna y adecuada a las necesidades del país.

Las comunidades habitantes en la isla; Bocachica, Caño del Oro, Punta Arena y Tierra Bomba, serán las primeras beneficiadas del proyecto de construcción de la base naval en Tierra Bomba, toda vez que paralelo al proyecto de la base, se tendrán que adelantar mejoras en el suministro de servicios públicos, se podrá acceder a nuevas fuentes de empleo y otros beneficios que sin lugar a dudas traería el desarrollo del proyecto.

El Gobierno Nacional, en cabeza de la Armada Nacional, se encuentra liderando este importante proyecto, conscientes que la construcción de la Base Naval, será tan solo un componente importante en el megaproyecto de Desarrollo Integral de la ciudad de Cartagena, que le permitirá, mantenerse a la vanguardia de las ciudades del Caribe, tal como lo hiciera en la época de la colonia, cuando su posición estratégica y su valor militar, la posicionaron como la plaza mejor fortificada de América.

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